Por Redacción Digital
CHILE., 22 de octubre de 2019., El estallido social en Chile, con muertes, heridos y masivas movilizadas, tiene como disparador el aumento del costo del metro. Pero la rebelión popular no fue por esa suba que castiga a los sectores medios y bajos de la población.
La reacción social, con participación mayoritaria de jóvenes, es la manifestación más contundente de rechazo a un modelo de exclusión.

Chile: ¿Qué subyace bajo la explosión de violencia?El mejor alumno del conservadurismo en América latina, puesto como ejemplo por las fuerzas políticas, académicas y mediáticas dominantes, está exhibiendo los límites económicos, sociales y políticos de una sociedad dominada por el neoliberalismo desde que fue impuesta a sangre y fuego por la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
El Gobierno de derecha liderado por Sebastián Piñera desde 2018 subió el precio del pasaje del metro consiguiendo como respuesta la quema de varias estaciones y vagones, cortes de carreteras, cacerolazos y la convocatoria a una huelga general.
El despliegue de militares, decretar el estado de emergencia y ordenar el toque de queda refleja el carácter autoritario de la Administración Piñera. Confirma, otra vez, que las políticas de ajuste ortodoxas se imponen ya sea por medio del disciplinamiento social o por la represión.

«Protestas en Chile son una advertencia seria a las autoridades»Piñera retrocedió ante la reacción popular al anunciar la suspensión del alza de la tarifa del metro. Pero la furia no cesó.
Aquí aparece la limitación de cierta clase política para la comprensión de cuáles son los motivos profundos del estallido. Es evidente que no es solo por el aumento del transporte. Existe una organización de una sociedad con servicios básicos privatizados, consolidada en más de cuatro décadas, que alcanzó los límites de la tolerancia al despojo.
Umbral de tolerancia
La crisis chilena convoca a un debate que, por supuesto, no está presente en la mayoría de los medios colonizados por el discurso conservador: ¿cuál es el umbral de tolerancia de la población a las medidas de ajuste?

«No son 30 pesos, son 30 años de abuso»: sindicalista explica las protestas en Chile Es un interrogante que no tiene respuesta inmediata porque los procesos políticos, sociales y económicos no se pueden prever, en el sentido de saber exactamente cuándo puede producirse la reacción social a un ajuste. Pero en algún momento suceden y no debería ser una sorpresa.
En Chile, el aumento de la tarifa del metro actuó como el factor que expresó ese umbral de tolerancia.
Existen diferentes experiencias en la región —semanas pasadas fue el aumento del combustible en Ecuador— que muestran que no hay una sola señal o situación que pueda adelantar o definir cuál es el umbral de tolerancia de la población a los ajustes.
Por ejemplo, en el caso argentino fue la imposición de un corralito que impedía sacar los depósitos bancarios en 2001 lo que provocó la rebelión popular.
Existe en un sector importante de la población la idea, instalada con éxito por el poder hegemónico, de que es necesario sufrir para vivir mejor en el futuro. Es un dogma religioso que el credo neoliberal ha logrado consolidar en el sentido común.

El pueblo de Chile «le está dando una estocada profunda al neoliberalismo»Piñera prometió un futuro venturoso y lleno de esperanzas. Esa promesa se monta sobre el dogma de sometimiento de sufrir hoy para alcanzar un futuro de bonanza.
Es un engaño que, paradójicamente, tiene mucha aceptación. Es una invitación a un futuro mejor pero castigando hoy a las mayorías y beneficiando a una minoría.
Cuando se avanza en el debate sobre los umbrales de tolerancia al ajuste, en los estrechos márgenes que deja el discurso único, se podrá aproximar una respuesta al interrogante de cuánto más puede soportar el ajuste neoliberal la mayoría de la población.
Más que el metro
El jugador de fútbol y capitán de la selección chilena, Gary Medel, publicó en su cuenta de Twitter: «El descontento de Chile es evidente. Ojalá las autoridades escuchen al pueblo y dejen de jugar con él. ¡Es hora que se pronuncien y dejen el silencio para la violencia no siga!».
Con información de mundo